martes, 10 de noviembre de 2015

Versos nómadas








Viajar con la poesía y escribir con los viajes. 

Y soñar, cada día, con dar la vuelta al mundo en verso

o con hacer que el mundo gire sobre un poema.



Viajar lentamente hacia adentro 

dejando gotear la imaginación 

y explorando cada rincón de oscuridad

donde habitan los monstruos

que nosotros mismos escondemos. 


Viajar fugazmente a la felicidad

escondida tras aquellas sonrisas que nos brindamos,

tras dos pieles de gallina al mismo tiempo,

en el punto y final de una buena noticia,

en un vaso de vino y una charla a media tarde,

en el cosquilleo del corazón 

y el baile de las mariposas.


Viajar, buscando un nuevo continente,

que lleva tu mismo nombre,

tus mismas manías, hoy ya tradiciones,

y tus mismos olores a tierra virgen.


Hacerlo de mi boca a tu boca

pasando por el paisaje frágil 

de nuestra buena suerte.


Viajar, aunque nos cueste la vida.

Vivir, sintiendo estar en el mejor de los viajes.



Haciendo de todas las letras

versos nómadas

que sólo encuentran sobre tu piel 

un rincón donde poder quedarse a vivir

de manera sedentaria 

y desplegar una bandera

que diga:


Contigo estoy en casa

en cualquier lugar. 














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